¿El paraíso?

21 enero, 2011

El corazón tiene razones que la razón no entiende.

El corazón tiene las dimensiones de un puño y su forma es semejante a la de una pera con la punta hacia abajo.
El corazón es el órgano que simboliza el amor, sigue el ritmo de las emociones. Normalmente en una persona adulta el corazón se contrae entre sesenta y setenta veces por minuto. En el de una persona enamorada muchas más, a veces llega hasta cien sin que ni siquiera se dé cuenta.
El corazón es el último órgano en rendirse, continúa latiendo, incluso cuando está separado del organismo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más.
El corazón manda sobre ti, no tú sobre él.
El corazón es el único culpable de que nos enamoremos de esa persona, que en la mayoría de las veces resulta ser la equivocada.
A veces siento la necesidad de arrancarme el corazón y tomar decisiones por mí misma. Enamorarme de alguien que sé que me corresponderá. Usar la razón. Vivir de un sueño, sin complicaciones.

¿Por qué mi corazón tiene la absurda necesidad de enamorarme de la persona incorrecta? 
Supongo que eso hace la vida más interesante. Nos atrae lo distinto, los ideales imposibles que sabemos que no podremos alcanzar jamás.
Cuando olvido a una persona pienso: << Quizás a la siguiente acierte >>.
Pero paradójicamente nunca ocurre así. Puede que mi destino sea estar con alguien completamente opuesto a mí, algo que me suponga un reto.
Puede...