El corazón tiene razones que la razón no entiende.

El corazón tiene las dimensiones de un puño y su forma es semejante a la de una pera con la punta hacia abajo.
El corazón es el órgano que simboliza el amor, sigue el ritmo de las emociones. Normalmente en una persona adulta el corazón se contrae entre sesenta y setenta veces por minuto. En el de una persona enamorada muchas más, a veces llega hasta cien sin que ni siquiera se dé cuenta.
El corazón es el último órgano en rendirse, continúa latiendo, incluso cuando está separado del organismo, incluso cuando te abandona la persona amada, incluso cuando ya no quieres sufrir más.
El corazón manda sobre ti, no tú sobre él.
El corazón es el único culpable de que nos enamoremos de esa persona, que en la mayoría de las veces resulta ser la equivocada.
A veces siento la necesidad de arrancarme el corazón y tomar decisiones por mí misma. Enamorarme de alguien que sé que me corresponderá. Usar la razón. Vivir de un sueño, sin complicaciones.

¿Por qué mi corazón tiene la absurda necesidad de enamorarme de la persona incorrecta? 
Supongo que eso hace la vida más interesante. Nos atrae lo distinto, los ideales imposibles que sabemos que no podremos alcanzar jamás.
Cuando olvido a una persona pienso: << Quizás a la siguiente acierte >>.
Pero paradójicamente nunca ocurre así. Puede que mi destino sea estar con alguien completamente opuesto a mí, algo que me suponga un reto.
Puede...

Veneno, bienvenido de nuevo.

Culpable. Tú eres el único culpable de esta situación.
Culpable de enamorarme, de derretirme, de volverme perdidamente loca.
Culpable de que sueñe contigo, de que desee conocer el tacto de tus labios, de tener esas pestañas infinitas,... De que quiera pasear mis dedos por tu pelo. De que muera a cambio de que tus ojos siempre estén fijos en los míos. De querer perderme en ellos... PARA SIEMPRE.
Culpable de toda mi vida actual y de que las cosas sean como son.
Me has puesto entre la espada y la pared.
¿Qué puedo hacer? ¿Luchar por ti o contra mí misma?
Maldito destino, está acabando conmigo.
He hecho una promesa. No puedo enfadarme con ella, aunque cada día que pasa me cuesta más y más. Ella es mi amiga y me he ofrecido a ayudarla a conseguirte, porque me temo que es la única que te importa.
Ahora me doy cuenta de que he firmado mi propia sentencia de muerte, lenta y dolorosa.
Como si me tendieras un cuchillo y me lo clavara por voluntad propia en el corazón.Un suicidio en toda regla.
¿Sabes qué?
Quererte es un suicidio.

Recordando días de verano.

Siento actualizar tan tarde :(  Estoy en la última maldita semana de exámenes...!
¿Qué tal el puente? A mí bien, me ha durado más que a la mayoría, ya que mi colegio me dio toda la semana de vacaciones :D
Me fui a Santa Pola (Alicante). Lo malo es que tuve que estar estudiando y leyendo el infumable libro de Miau, de Benito Pérez Galdós. Sí, vale, puede que sea un gran escritor y blablablá... Pero lo que escribe no hay un dios que lo lea... Y encima mañana tengo un examen sobre el libro...!
Aunque me quedo con algunas frases de éste:
>Amores de compromiso sin duda, difíciles de romper. ¿Los rompía y liquidaba todas sus atrasadas cuentas de amor?
>Piensa en mí, que yo ni un instante te apartaré de mi pensamiento.
>Haced todos los disparates que se os ocurran, jóvenes, y pecad todo lo que podáis, y reíos del mundo y sus incumbencias, antes que os llegue la negra y caigáis en la horrible esclavitud del pan de cada día y de la posición social.
>Quiero gozarme en la amargura de quererte sin esperanza.


Aquí os dejo algunas fotos de mi puente:

Y por último, algo escrito por mí, que hace tiempo que no lo hacía. Escuchando a Avril Lavigne me inspiré (bueno, por eso y por muchas otras cosas, como que mi corazón se está revitalizando). Cuando le enseñé a la profe lo que había escrito (no os imagináis la vergüenza que pasé) me dijo que tenía una gran profundidad lírica (?)

Aquí os lo dejo:

 Los ojos del uno reflejaban el amor del otro.

Esa mirada lo cambió todo. Era tan potente que podría haber secado los océanos, congelado el desierto, quemado los polos.

Ninguno de ellos se atrevió a hablar, por miedo a que su pequeño mundo volviera a moverse, por miedo a que se acabara ese feliz momento que ambos habían construido juntos.

No les importó que empezara a llover, solo querían observar y sentirse observados. Amar y sentirse amados.

Finalmente, el decidió posar su mano derecha sobre la cintura de ella y, con sumo cuidado y sin perder el contacto visual, se fueron acercando más y más.

De lo cerca que estaban veían al otro borroso, así que decidieron que aquel era el momento de llegar a la cumbre de la felicidad.

Sus labios se unieron y en sus almas se produjo una explosión de emociones.

El Sol les miró complacido. Pensó que por mucho que los humanos destrozaran todo lo que Dios les había regalado, eran los seres más hermosos que jamás había acariciado con sus rayos.

Tres metros sobre el cielo.

De vez en cuando se te olvidan ciertas cosas que has leído anteriormente, pero cuando las recuerdas, revives el enamoramiento que sufriste al conocerlas. Estoy soñando, volando, flotando. Las nubes aguantan mi peso y guían mi camino. Su tacto vaporoso me hace cosquillas en los pies, y es que... Acabo de ver Tres metros sobre el cielo. ¿Sabéis qué? Es indescriptible, incomparable,...

<<De repente ocurre, algo se acciona. Y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar.>>
<<Pero de repente aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas...>>
<< -Estoy feliz.  -Pues yo muchísimo más.   -¿Cuánto?   -A tres metros sobre el cielo.>>

¡Nieeeve!

¡Hola, hola!
¿Qué tal vuestro lunes? Espero que muuuuy bien. ¡El mío genial! Salvo que los ojos de los profesores me han regañado en silencio varias veces por quedarme embobada mirando a través de la ventana.
¡Qué bonito está Madrid cuando nieva! Me gusta imaginarme que cada copo de nieve es como una persona. Desde que nace en las nubes hasta que muere en el suelo. Su recorrido se asemeja a la vida: breve e intensa. Para mí, cada copo representa a los hombres y mujeres que han pasado y que pasarán por este mundo. 
Considero la nieve como un regalo de Dios, y viendo Madrid nevado, me imagino cómo será el Cielo.
Aquí os dejo dos fotos tomadas desde mi terraza de Plaza de Castilla. No se ven muy bien, pero algo es algo.

Ahora vas y LO CASCAS.

¡Mierda mierda mierda!
Ahora vuelves, ¿no? Después de tres meses rezando para que lo hicieras... Justo en el momento en el que menos te necesito y en el que menos presente tienes que estar de mi vida. Justo en el momento en el que he empezado a VIVIR. ¿Cómo puedes ser tan sumamente cabrón falso?
Seguro que todas se han cansado de ti y de repente tu mente se pone a pensar... <<¡Todavía queda ella!>> Pero ésta es TAN retorcida que no se da cuenta de que ella ya ha sufrido bastante pese a su corta edad.
Y, ¿sabes qué? No voy a tolerar por ningún miedo ni bajo ninguna circunstancia que te vuelvas a reír de mí, ni que le digas a tus amigos con una sonrisa prepotente: <<¡Lo conseguí!>>, ni que amargues mi momento.
Pero, PREPÁRATE.

Por algo de lo que me caracterizo (aunque muy poca gente lo sabe) es de ser rencorosa a más no poder. Uno de mis muchos lemas es: "Ojo por ojo, diente por diente".
Tengo todo planeado minuciosamente y me lo voy a pasar pipa.
Estoy harta de tragar veneno, así que lo voy a sacar de mi cuerpo y tú eres el blanco perfecto.
Sí, tú créete que en cuanto pongas la red voy a caer como si fueras un príncipe azul.
SE ACABÓ SER BUENA CONTIGO: te voy a convertir en sapo.

Prueba superada.

Sí. He superado este obstáculo. Me considero ya en una nueva etapa de mi vida.
No soy feliz. Pero ESTOY feliz. Bueno, este sentimiento es el que gobierna mi cuerpo hoy, ayer y antes de ayer. Quién sabe qué me deparará el futuro...
No puedo decir que le haya olvidado, porque mentiría. Su recuerdo tan solo es como una pequeña espina en mi vida. Muchas de mis amigas leyendo esto estarán diciendo: ¡Sí, nos has hecho caso!
Sí chicas, lo he hecho. Más vale tarde que nunca, ¿no?
De todas formas, de todos los errores se aprende y este no iba a ser una excepción.
He aprendido a amar y NO me arrepiento (ni me arrepentiré) de lo que pasó este verano, porque para mí fue mágico. Eras como la parte de mí que había muerto lenta y dolorosamente. Me mantenías feliz y radiante, con más ganas de reír que nunca. Pero, ¿sabes qué? Ya no te necesito para ser feliz, lo consigo yo misma. Solo tengo ganas de cruzarme contigo por la calle para que veas que mis ojos tienen un brillo distinto, y que por una vez en la vida no me importa el futuro. Y me he dado cuenta de todo esto gracias a este texto:

<<...el día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente, sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro, examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida>>.

Para que veáis lo que puede hacer una clase de lengua...